Sobre el protocolo universitario en el Perú puede decirse
mucho, después de todo tenemos universidad desde 1551, pero antes de profundizar en el tema hay que echar luz sobre la
tradición estadounidense que viene siendo imitada desde hace algunos años por
cientos de graduandos en las diferentes universidades nacionales y privadas.
Para comprender lo que sucede acá hay que comprender lo que sucede allá.
Las costumbres en los colleges estadounidenses durante
finales del siglo XIX reflejaban aquellas originadas en Oxford y Cambridge,
pero las colaciones se daban sin un orden definido ni organización en los tipos
de vestimenta. La falta de reglamentación provocaba entre las casas de estudios
una heterogeneidad poco conveniente. Fue Gardner Cotrell Leonard quién diseño
las vestimentas embellecidas para su promoción en el Williams College de
Massachusetts en 1887. Tras el éxito obtenido, Cotrell escribe en 1893 un
artículo sobre vestimenta académica para ser luego invitado a una comisión
intercolegial que definiría un sistema de vestimenta universitaria. En 1895 la comisión se reunió en la Universidad de Columbia en Nueva York.
Durante el siglo XX el Consejo Americano de Educación, una
entidad que actualmente agrupa a 1,800 instituciones de educación superior,
revisa el código de vestimenta hasta en tres oportunidades para actualizarlo.
La gran mayoría de instituciones educativas libremente optan por regir su
protocolo según aquellos lineamientos, salvo algunas universidades -como
Harvard- que por tradición o costumbre justifican sus propios modos.
Este proceso significó un redescubrimiento de la identidad
universitaria estadounidense. Hay en su generalidad, cambios notorios sobre los modelos que habían heredado del viejo
mundo. Para empezar su vestimenta se divide en las siguientes partes:
![]() |
Primer lugar de enseñansa de la Universidad de Columbia, fundada en 1754 como King's College: Trinity Church School House, donde hubo apenas 8 estudiantes. |
La toga: A diferencia de los modelos ingleses, que se usan
abiertas por delante dejando expuestos el traje de etiqueta que hay abajo,
éstas por lo general son para usarse cerradas. El tipo de corte y complejidad
de confección forman parte de las sutiles diferencias entre los grados
académicos. Las togas de bachilleres son de mangas muy holgadas, las mangas del
maestro tienen un corte especial que cierra el puño pero éste continua holgado
y cerrado hacia abajo formando una aleta. Las togas doctorales lucen vuelos de
terciopelo sobre el pecho y las mangas, que además son cerradas, formando
bombachos a la altura de las muñecas.
El birrete - skullcap: La tradicional e hipermarketeada gorra
de graduación. Mantiene su forma tradicional europea. También llamada
mortarboard por la paleta que los albañiles utilizaban para colocar el
cemento a la hora de trabajar. Otra versión explica que la gorra es cuadrada pues tiene la forma del campus de Oxford. Finalmente,
también se dice que la dura placa simboliza el cimiento sobre el que se
edificará el intelecto.
Boina: Es la prenda de cabeza que se estila en algunos casos
para los grados doctorales en EE.UU., suplantando el skullcap. Se use la boina o
skullcap el Consejo Americano de Educación ha normado se reserve en su
confección el terciopelo para los doctores.
Ambas gorras llevan pendidas desde el centro una borla
colgante. El Consejo Americano de Educación norma que su color deberá de ser
negro o en su defecto el color asignado por especialidad académica. Es
exclusivo del grado doctoral el color dorado metálico.
![]() |
Graduados de Harvard, promoción de 2001, celebran en el campus lleno de estandartes. Foto de Justin Ide. |
A manera de conclusión se puede y debe aprender de la
experiencia ajena para aprovechar el legado propio. En los
Estados Unidos las universidades conservan sus tradiciones y la comunidad
universitaria se encarga de darles continuidad, sean éstas formales o informales. Hay participación porque está incertada en su cultura. Esto
le da vida e identidad a una casa de estudios, alejándola de un ambiente laxo
que genera indiferencia entre el estudiantado.
Lo importante que debe recordarse, para la experiencia peruana, es que no basta con hacer
desordenadamente cualquier traje o armar ceremonias sin otro criterio que el
simple show con ánimo comercial. Prácticamente ninguna ceremonia en
EEUU tiene la peculiaridad de subir a quienes se gradúan sobre un escenario,
junto a las autoridades que presiden el acto, algo que sí sucede en nuestro país. Con ésto se destruyen las figuras
protocolares para favorecer la fotografía y un vedetismo orientado al show. Las
tradiciones no solo deben ser respetadas por un tema histórico, sino por que dicen quienes fuimos y quienes somos ahora. Es el sello de nuestra identidad.
Actualización de texto publicado el 24-06-2010 en el blog Graduandos por JCTV.